Bizkaia es territorio de emplazamientos de gran diversidad. Los viñedos rodean un núcleo urbano con fuerte desarrollo industrial, aunque permanecen en zonas próximas a la costa o en valles interiores y laderas de media altitud, aportando características peculiares a cada txakolí en función de su ubicación.
El clima atlántico y la influencia del Golfo de Bizkaia favorecen la lenta maduración de la uva, por lo que es un territorio que reúne características especiales para el cultivo de la vid: humedad, temperaturas templadas en verano por la influencia del mar, vientos ábregos del sur que generan un clima seco y cálido en otoño, y de abundantes lluvias en invierno y primavera.
La altitud de los viñedos varía desde el nivel del mar hasta los 400 metros de altura. Son suelos de poca profundidad, ligeramente ácidos y de textura franco arcillosa, sobre roca caliza y margas. Aunque sea una zona nubosa, su especial orientación en cuesta permite el buen aprovechamiento de la insolación.
Variedades de uva principales: Hondarrabi Zuri y Hondarrabi Zuri Zerratia (blancas) y Hondarrabi Beltza (tinta).
Variedades de uva autorizadas: Mune Mahatsa, Izkiriota, Izkiriota Ttippia, Sauvignon Blanc, Riesling y Chardonay.
TIPOS DE TXAKOLI
Elaborada con las variedades recomendadas de uva blanca Hondarrabi Zuri y Hondarrabi Zuri Zerratia, sus colores van del amarillo pálido al amarillo pajizo, adquiriendo incluso tonalidades verdosas.
De intensidad media en nariz, pero de gran complejidad aromática, donde predominan los matices de fruta blanca, en censamblados con otros florales, cítricos y herbáceos. En boca son ligeramente ácidos, frescos y equilibrados, con un postgusto ligeramente amargo.
También apodado tradicionalmente “Ojo de Gallo”, contiene en al menos un 50% la variedad de uva tinta, la Hondarrabi Beltza. De color rosáceo, presenta aromas de frutos silvestres. De estructura ligera-media en boca. Al gusto son afrutados, con un postgusto largo.
Vino de carácter joven y marcada personalidad elaborado con la variedad de uva tinta Hondarrabi Beltza. Tiene un color rojo intenso, con tonos de rojo cereza y violeta. En nariz es intenso, con notas de frutos, pimiento verde y huerta, que se aprecian también en el postgusto.
Una vez fermentados en barricas de madera de roble, adquieren desde colores amarillo pajizo a pálido. Contiene aromas frutales y florales, en conjunto con otros balsámicos. Notas que vuelven a aparecer en el postgusto.
La competencia de vinos foráneos, la industrialización y las plagas causaron la casi total desaparición de los viñedos a principios del siglo XX. Es a mediados de los 80 cuando un grupo de productores locales se embarca en su recuperación, siendo predecesor a la creación en 1994 de la Denominación de Origen Txakoli de Bizkaia-Bizkaiko Txakolina, artífice del auge que ha experimentado el sector en las últimas décadas.